Si no conocéis este restaurante no os lo perdáis este verano, está en lo más alto de Sanxenxo al lado del punto limpio, y tiene unas impresionantes vistas de la ría de Pontevedra.
La comida como siempre perfecta, de nuevo volvimos a comer su arroz con bogavante, pero esta vez le pusimos muchas entradas, que descubrimos que también están muy buenas.
Lo primero que os pongo es una foto del albariño que nos tomamos, un vino de la zona del Salnés en la que nos encontramos, riquísimo fresquito.
Antes de que los platos lleguen a la mesa siempre ponen una tapa de cortesía, en este caso fue un salpicón no tengo muy claro de qué.
El primer entrante, unas croquetas de marisco, podéis ver que alguna de ellas estaba un poco reventadita, para mi eso es señal de que son caseras y me parece un muy buen augurio. Una foto del interior para que veáis lo jugositas que estaban, tenían trozos como de cangrejo por dentro. Muy muy buenas.
Unos chipirones encebollados, muy buenos a pesar de su aspecto que no prometía cuando llegó a la mesa, les doy mi venia. En la foto de al lado tenemos el pulpo a la plancha con parmentiere de patata decorado con pimentón para que recuerde a la gallega.
No creo que haya nadie en su sano juicio que diga que no a unas zamburiñas a la plancha, estaban buenas, sin alharacas, las he comido mejores en algún otro sitio a pie de playa.
Y pasamos al plato fuerte, a lo que habíamos ido allí, a comer el arroz con bogavante, buenísimo como siempre. Os pongo una foto de cómo llegó a la mesa, otra de cuando ya le habíamos metido la cuchara, y una ultima de cómo queda el plato después de darnos el homenaje.
Por ultimo os cuento estos dos postres, no los probé, era demasiado para mí, tenemos una tarta de queso que aquí llaman de horno, esta no es fresca, es similar a una quesada pasiega, muy buena pero muy contundente para esas horas de la noche.
Y una mousse de chocolate con frutos rojos, ummm que rico, creo que este verano no pasará sin que yo le haga otra visita a este restaurante.
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