Hace unos días os escribía una entrada sobre la comida en Tailandia y os amenazaba con que llegarían más. Pues aquí tenéis la segunda entrega.

En la comida de medio día tenemos unas brochetas de pollo picantes, que por sí fuera poco venían acompañadas de más salsa picante, sólo para estómagos resistentes.
Por suerte para mí, a estas alturas del viaje el mío ya estaba acorazado y no hubo el más mínimo problema.
Las brochetas son muy típicas de Tailandia, y estoy empezando a pensar que de toda esa zona, porque en China también eran de consumo habitual.
Lo que tenemos dentro de la piña es arroz frito con piña anacardos y gambas sin picante, muy buen contraste con lo demás.
Por último de los platos salados una sepia a la parrilla, ya que mi marido llevaba varios días con antojo y lo habíamos intentado en otro restaurante y nos habían traído gambas por error. Cocinadas como habíamos pedido, pero gambas en lugar de calamar.
Si tenéis una mínima noción de inglés manejarse por Tailandia es fácil, y en Phuket aún más porque como están acostumbrados a tratar con turistas tienen cartas con foto para que les señales lo que te gusta, con el ínfimo inconveniente de que todo está tan menudo picado que te puedes comer algo con muy buena pinta y que no sea lo esperado. No fue el caso, todo lo comido fue conscientemente, hasta los gusanos de bambú fritos que os colgare en alguna otra entrada.
Hasta aquí lo salado, de postre un banana split que compartimos y que estaba delicioso, los helados que lleva son de la versión thai de Frígo, lo digo por el logo porque las letras no se entienden.
Con esto se acabó nuestra comida del primer día en Patong.
Lo que os muestro a continuación es nuestra ultima cena en Tailandia, sólo lo bueno de los platos, sobre todo el postre, fue capaz de quitarme la pena de tener que irme.
Pero empecemos por lo salado. Unos fritos de pastel de pescado, como no, con salsa picante. Esto fue lo que menos me gustó de las dos comidas que hicimos allí.
Eran como unas rodajas de fiambre de pescado rebozadas y fritas. Me recordó al sabor del pastel de cabracho. Mejoraba bastante con la salsa picante.
Una tortilla tailandesa, tomamos tres en tres sitios distintos, todas ellas tenían su toque especial y distintivo pero no sabría decir cual de ellas era mejor, en este caso era de pollo.
Lo que no sé es como hacen para tener este guisito tan denso , estaba deliciosa. El toque de los cacahuetes y de la soja, es genial para la tortilla, parece decoración, pero que decoración más rica madre.

El ultimo pad thai en Tailandia, esta vez de ternera para variar. No comen mucha ternera, lo habitual es pollo o cerdo, estaba tan bueno como todo lo demás, acompañado de anacardos, que son uno de los cultivos estrella de la zona.
Pasamos a los postres, ahí tenéis una maravillosa copa de helado de chocolate que estaba muy buena.

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